La hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica, constituyen la principal causa de mortalidad en el mundo y por ello es considerada la pandemia del tercer milenio. Si bien en la actualidad se hace mucho hincapié en el riesgo cardiovascular general derivado de la combinación de una Presión Arterial (PA) elevada, la presencia de factores de riesgo cardiovascular, la diabetes mellitus, el síndrome metabólico y el daño orgánico subclínico o establecido, el nivel de la PA por sí sola está íntimamente relacionado con el riesgo de mortalidad por motivos cardiovasculares. Teniendo en cuenta la íntima relación existente entre la PA elevada con mortalidad y morbilidad, se han recomendado una serie de objetivos de PA por las diferentes sociedades médicas internacionales como las Guías de Hipertensión Arterial de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH), la Sociedad Interamericana de Hipertensión (ISH) y la Sociedad Latinoamericana de Hipertensión (LASH). Con el paso de los años, estos objetivos se han reducido, dada la mayor consciencia del riesgo cardiovascular añadido de determinadas situaciones clínicas (por ejemplo, diabetes mellitus y la función renal), los objetivos recomendados se han ido diferenciando según el estadio I, II y III, de la PA y la estratificación de riesgo de los pacientes. La educación médica continua es el medio que, desde antaño, han utilizado los profesionales de la salud para el proceso ininterrumpido de aprendizaje que deben seguir para mantener un grado óptimo de competencia profesional, siendo esta requerida, por los continuos avances experimentados en las ciencias biosanitarias y por el deber médico de servicio para con la población en general. De este modo, la importancia de la educación médica continua radica en que deberán dar respuesta a las necesidades que día a día aparecen en las consultas que emergen en nuestra sociedad compleja, diversa y cambiante, para contribuir a que el profesional mantenga el equilibrio entre la vocación y las dificultades propias de la profesión. La formación médica continua se considera un pilar esencial en la profesión médica y mejora en la sostenibilidad sanitaria.